sábado, 11 de abril de 2009
Paz de los desarmaderos
Recostada en el tiempo la chatarra
concluye su pasión sin argumento
sin beneficiario
sin Ojo eterno que la bañe
en comprensión de aceite.
La paz
un ángel lerdo y sucio
cierne alones de polvo indetenible
besa en cada muñón
una semilla.
Vuelve el pudor del musgo, vuelven
las anónimas mieses victoriosas
la enormidad de un grillo.
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