sábado, 11 de abril de 2009

Arte de tapa


Arte de tapa, por Laura Ruberti.
Coedición EUDEBA - Fondo Editorial Rionegrino, 1988. 80 p.

Sección Fábulas de mutación. Cómo la rosa.

Fábulas de Mutación

A Héctor Ciocchini



Cómo la rosa


En esta larga finta de puñales
cómo la rosa
es una inconsecuencia

cómo ignora
la astucia de su tallo
lisiado en diagonales

cómo desata coágulos de savia
y enarbola su vida
hasta la muerte.

Por eso es bella, por su absurdo
guante
contra la parda suficiencia
del dios de la entropía

Porque no brota desde la experiencia
la rosa es un error
pero florece.

Caletas





Hasta pedir palabras duele esta costa
blancamente abatida

este perfil de litoral
huérfano en sucesivos hundimientos

estas caletas
como huecos de cuerpos que se fueron
sobre un lecho vacío.

El mar ofidio muda instantes ardientes
muerde el talón descalzo de los acantilados

desova en otro tiempo

continentes
todavía sin nombre.

La virgen de los basurales




La niña boba
la virgen de los basurales

vuelve a leer cartas de nadie a nadie
con el secreto muerto

acaricia muñecas
cuyos ojos rodaron tiempo abajo
y en ellos nuestras caras inocentes.

No la molesten:
ella y el Sol caminan a encontrarse

en un trozo de espejo.

Islario inútil




Islas
corolas de montañas azules que reinaban
sobre las olas caducas

Islas en ceremonia
donde bosques y ríos ardían sin gastarse
donde un niño apacentaba las serpientes
con silbos cantarinos
donde soñaban garzas los pantanos
para subir acariciando el cielo

Tronchadas por disparos
bautizadas con los nombres del intruso
cuál puede ser la tuya en estos atlas

pétalo exangüe con las venas huecas
tan igual a cualquiera

que es ninguna.

Paz de los desarmaderos




Recostada en el tiempo la chatarra
concluye su pasión sin argumento
sin beneficiario
sin Ojo eterno que la bañe
en comprensión de aceite.

La paz
un ángel lerdo y sucio
cierne alones de polvo indetenible
besa en cada muñón
una semilla.

Vuelve el pudor del musgo, vuelven
las anónimas mieses victoriosas

la enormidad de un grillo.

Campanas




1

Más allá del follaje
de plegarias iguales susurrantes
florecen las campanas
las corolas
impávidas custodias
de una sombra doncella.

Suben a su regazo
hebra por hebra los instantes rotos
las voces desgajadas

y ellas bordan manzanas
en sus ovarios cóncavos
manzanas

que desborden
el día
el horizonte mensurado

incesantes manzanas
que derrumben
nociones de hoy mezquino
de cielo con tapiales.


2

Granado de campanas se curvaba el espacio
hacia nada hacia nunca

despertaban
larvas de música posible
tapiadas en los muros

cítaras de osamenta
maniatadas por la hierba o la carne.

Y era todo un instante
un mismo acorde la piedra con el aire
un solo coro
los vivos y los muertos.

Creció la voz
cavando una carencia
levantándonos
voces detenidas
hacia nada hacia nunca su sombra migratoria,

Quedamos
estas sordas cenizas del tañido

este habitual desmayo de hombre y mundo.

Hogueras




El otoño levanta en sus hogueras
la ofrenda del despojo

alma de buey
sube el olor terrestre
para aprender las nubes
y las transformaciones

Por eso es que la tierra se alegra
no se agobia
al cargar muerte y muerte a sus espaldas
la anciana leñadora.

Lluvia de noche




A veces
cuando duermen los gendarmes
baja la lluvia en algún pueblo

desgarra umbelas grises
y volea semillas
de humosa adormidera

y deja en puntos suspensivos
a la tierra
capaz de qué finales…

Después, como si nada
nos levantamos
a ensuciar el mundo

pero entre los mosaicos
desde los sueños húmedos
nos crecen
mástiles de cicuta
y de amapola.

Junquillos




Pasajero de las transformaciones
los bulbos lo capturan

En matraces concéntricas
destilan desmayadas lentejuelas
de cuerpos y follajes

hacen alcohol
del polvo desvestido
por el tiempo reptil

y nos lo ofrecen
una copa
de olvido incandescente

para que la memoria nos florezca
nada más

este mito.

Nieve




La muda tejedora de sí misma
la nieve

cómo se carda hasta perderse
cómo se tiende matra virgen
y arropa al pobre campo

cómo anuda
con símbolos de magia
el agua en los cristales.

Y en su matriz
torrentes
que romperán el ceño de la tierra

cierran puños
de estrella no existida

esperando el deshielo.

Otros




Pasa otro río sobre el río esta mañana:
garañones de niebla
cubren las ancas del agua

Pasa otro pueblo
envuelto en ponchos de humareda
sobre los techos de las casas

Y otros, los venideros
como si fuéramos sus sombras
pronuncian nuestras próximas palabras.

Nadie me diga entonces
el pueblo el río
la voz

mitades nada más

de lo que pasa.

La marea




Levanta la marea
muñones de agua y viento
de ladridos
añorando el abrazo entre dos mundos
que padecen distancia

Antigua
nos enlaza los pronombres
se llama en las llamadas
se besa en cada beso
amante amada

Y en la cama reúne sus mitades
el dios hermafrodita

el pastor
desmembrado para nutrir el celo

y hacer imprescindible la palabra.

Sección Nocturnos. Todo ardor permanece.

Nocturnos

Al Dr. Luis de Paola



Todo ardor permanece


Acaso ya está muerta
la estrella que contemplas esta noche

Acaso nombras
la leyenda de un fuego trashumante

pero esa luz ya no es luz
sino ceniza

Sólo puedes decir que existe el hombre
Sólo conoces su palabra

Y es que un sol vive nada más
un día
solo y total
un día

Pero palabra en la palabra

todo ardor permanece.

Constelaciones




Con telarañas de luz fósil
donde habitó una estrella
restañamos los pálidos tapices

dioses y bestias otra vez
se engendran en un mismo linaje
se coronan
en fiestas de trastorno
fundan eras y climas.

Es en nosotros donde el cielo
vuelve a crecer
donde se narra
cada noche
la fábula heredada.

Como un héroe hechizado
ronda el auriga encabritando formas
en derredor eterno

y no encuentra su rostro
nuestro rostro.

Cuánta criatura nos sabemos
cuántas y nunca el hombre

de memoria.

Nube de Magallanes




Nebulosa desdeñas
cuerpo y edad
capullos de luz hueca

y continúas devanando formas
queriéndote más lejos
más futura

hasta el final repliegue
de tu vuelo espiral
sobre su origen

hasta que despojada
de tiempo y de materia

transfigurada
sombra
libando el cáliz de la sombra

absoluta
descanses
Mariposa de milenios.

Noche de salmón




A Alberto Fritz


Vuelve al comienzo el carillón de las estrellas
esta noche
todo tiempo es futuro
toda calma
escalena ante posibles
como la espera de un podenco

y hondero de sí mismo
oye al salmón
su arrojo quiebra la ley de las caídas
la rueda de suplicios donde padece el agua
de consecuencia en consecuencia

oye
su peso de simientes
ha rasgado mortajas abisales,
se precipita hacia la luz primera
al alto ayer
al día del desove.

Asciende
su parábola triunfante
es verdad el salmón

en cambio inversas
nos mentían reveses
las clepsidras.

Tren a tren





Oye los trenes
noche y tiempo traviesa su reclamo

por estaciones donde nadie espera
donde un farol cavila suertes de mariposas

por suburbios de espaldas, por silencios
que se cierran de nuevo en sus rutinas

Y cómo vuelven tren también el nuestro
de casas y de patios, de hombrecitos
lanzados

hacia atrás
hacia nunca

sin tregua en un andén para un descanso
sin una despedida.

Radiotelescopio




En nuestro cráneo
la antigua madre araña

la misma
que urdió la expectación de los helechos
que desovó en la carne de todo lo viviente
las redes
y el oficio de las redes

anudando neuronas y ecuaciones
tiende su trampa al universo:

un sistro
que captura el espasmo de una estrella

muerta de danza y furia.

jueves, 9 de abril de 2009

Sección Canciones de Mutación. Canción de fuego

Sección: Canciones de mutación.

A Jorge Calvetti.



Antes de que vinieran a encenderte
de camino
quién eras, dónde
fuego

Ahora
tu diástole arrogante
nos devana el aliento

Iniciado tu fin
exige mundo
para lavarlo en sangre y vuelo


Pero antes, dónde
la nuez ceñuda del carbón guardaba
tanto sol maniatado

quiénes eran

las ramas
que sumaban
una crónica tortuosa

en quién
soñaba esta epopeya
cuando todos dormíamos el tiempo.



antes de que vinieras a encendernos
de camino

quiénes éramos,
dónde,


fuego.

Ahora


Piedra
se perdió en la orilla
mi corazón

Temblando
el agua soltera
lo hirió
con labios de sol.

Ahora
quién sabe
será vacío
caracol

y en él
las vueltas del aire
se tejerán un capullo
de canción…

Ahora
quién sabe
si hasta arena entre la arena
se arrodilló

y atiende huellas menudas
su infinita devoción.

Pero ahora
ahora que canta y comprende

no es más corazón
ni es mío

mi corazón.

Canción de agua


La olvidaron las nubes
mientras soñaba
su doncellez de nieve
pura y soberbia

Garza
la nieve enferma
cayó en el río

Lira del mundo
el río
perdió las cuerdas rotas
por las acequias.

Ahora
en hábitos de polvo
el agua,
en átomos descalzos
el agua
sube y es alameda.

El sol
busca su pubis
para apagarse

y en las hojas
preñadas

nacen estrellas.

Sección: Las rocas. Primera roca.

Sección: Las rocas.

A Manuel Trías.



Primera roca

Parca pese a los sismos
las lluvias los arados
esta roca

entraña verbos y cosmogonías
que no sabrás
que no sabrán los hombres
que no sabrá la Tierra
en las edades que le restan
camino a la esclerosis.

Denso pan
lo aferramos
con voces neblinosas

Pero el sabor nos atraviesa

intacto.

Piedra, fuego, piedra


En Lihué Calel


Tenues pictografías
la polución de imágenes del hombre
que sueña engendrar dioses

líquenes y serpientes
todo es fuego, resbala
por la curva memoria de la piedra
sin dejar nombre que entibie su silencio.

Pero también arde la piedra
como yesca de siglos en sordas erosiones

y es piedra el cazador
su eterno instante
frente a la breve mirada del rescoldo
entre párpado y párpado de nunca.



Todo es ser piedra
a los ojos de un fuego
todo es fuego
a los ojos de una piedra

Y piedra o fuego estamos acampando
todo a mitad camino

en esta desmemoria
tanto tiempo

en este desabrigo

tanto mundo.

Los simplificadores




Los simplificadores tajaron las canteras
donde el volumen se desposta en planos

instituyeron las cuchillerías
donde el plano prorrumpe en tristes rectas

en sus clasificados arsenales
la recta acorralada hasta el escorzo
se zambulle de a puntos en la nada.

Culpa de ellos las rocas abortaron
los estoques, las balas. Los cubiertos

ciegos sietemesinos de la muerte.

Última roca




Era polvo
esta piedra

Los helechos
cabalgaron el polvo hasta vencerlo
con abrazo perenne.

Y como en las monedas
grávidas de hondos dioses todavía

Arden las cabelleras
hasta nunca

el viento
tañe esporas potenciales

y es palabra irrompible

este silencio.

Sección: Enseñanzas de los árboles. Como los árboles.

Enseñanzas de los árboles. 1982-1985.
A Guillermo Ara.



Como los árboles


Si he de rezar
como los árboles

remansos
donde la luz levanta peces de oro
del polvo desmayado

Si he de rezar
que en mi penumbra
Dios arroje su red
como en los árboles.

Si he de creer
como los árboles

que en la estación de las caídas
se descubren
perennes candelabros.

Si he de creer
perdidas mis respuestas
hallarme Dios de pie
como los árboles

Como los árboles
y nada más.


Como los árboles.

Palma excelsa




Encaramada sobre sus derrumbes
sobre años de alas rotas
la yema sueña vuelos victoriosos
para un próximo cielo.

Esta palma, esta misma
enhebró la isla divina
la garganta del bardo y un talle de princesa
y antes aún
orientes aluviales.

Horada el día
el patio entre las aulas
mis ojos
tu memoria

suma y sigue.

Algarrobo




Algarrobo primordial
cómo te sabes tanto,
siempre igual

Cómo tu paz
una sola palabra de madera
anudó piedra y sombra
polvo y pájaros.

Pasan
las estaciones combatientes
los lutos y esponsales de los campos

pero vos
sigues siendo
sin olvidar a nadie
sin olvidarte nunca

hermano.

La higuera danza




Ella
danza
planetas armoniosos
pendientes en los brazos de la sombra

después
arroja el velo
danza
la hecatombe de un pueblo de follaje.

Y cómo el tiempo es su cadencia,
cómo
enciende y transforma
la ofrenda de los mundos

cómo es templo el espacio
cómo
torsos
de inmóvil danzarina

lo ojivalan.

Consumación




Ahora las lluvias
con su suave indulto
purifican los árboles

y ellos caminan días
en procesión inmóvil
hacia el otoño

Y encienden sus hachones
y propagan
el color del designio:

ha de ser una flor
la tierra entera.

Por fin
todos los soles
todos los días muertos
se recuestan en ella

y la fecundan.

Madera



Un árbol
apacentó los días
hacia altas pampas sin declive

y los detuvo
entre cuajar en ágata
o prorrumpir en ola.

Envidio esta victoria
esta madera
que toco y no comprendo

cómo
en tibias estatuas
en las vetas
permanecen los ríos

y hondos aún
los nudos
donde anclaban las ramas
cabeceando
con el peso de nidos

y canciones fugaces.

El carbón




No se alzaron en vano
los pinos
sucumbidos
con los brazos abiertos

como rapsoda ciego
los recuerda el carbón
hoja por hoja

Y se ciernen otra vez
cuando él se embriaga
y rompe su silencio
entre los hombres

o cuando
absorto en la visión
pronuncia

la capital eterna del diamante.

... de las acacias




Aprenderé de las acacias?

Todo amor a las abejas y a los vientos
ardiendo todo lámpara…

Todo bien desprendido de mis manos
hacia el humus general
hoja alada…

Todo morir
pero crótalos zumbando:
un enjambre de bosques venideros
susurrando en las vainas…

Aprenderé de las acacias…

Aprendizajes




Desde un armonio soterrado
se alza en nave de pinos el silencio

nos detienen los álamos
agua en espadas verdemente ardientes:

esta
es la escuela de los muertos.

Aquí aprenden de orugas alquimistas
rasgando hasta sí mismos piel y nombre
para que brote el vuelo

aquí en deberes de hoja
respiran nuestro aliento malgastado
nos respira su aliento

y en el aula final
se inician Árbol
que trashuma elementos y estaciones

cotidiano y eterno.

Marchas nupciales. Arco iris




Sección Marchas nupciales


Regreso del diluvio laborable
querida
mojado por palabras disueltas
sospechándome escrito
en contabilidades superiores

Desclavo los botones del traje
desembarco mi fauna
más o menos salvada
nos desacalambramos futuros
junto al fuego

Aquí alacenas y azulejos
pactan cenefas de historia sin sorpresas

con aire de familia
se abrazan gradualmente los colores
prometen
ya no más

tanta catástrofe.

Oficio de la cocina


Aquí gobiernas
y te desconozco


Aduanera de especias
desembarcan
en tus muelles de loza

oficiante de aceite
las bendices
con un nimbo dorado

Ahora
más que mi esposa eres el ama antigua
las mutaciones
oyen tu diapasón de filo y fuego
ejecutan tu música secreta

Ahora
las sordas voces de la tierra
cantan sobre la mesa la concordia

la encarnación en hombre.

Aéreo viaje de bodas




Montemos una máquina de descoser
amada mía

y pedaleando
y despidiendo
humo de puntos sueltos…

volaremos

sobre las tablas dispersas
de los cajones desencajados

sobre las astillas de las letras
del reglamento de la mancha venenosa

sobre los pétalos desarmados
de las rosetas
del alambre de púas

sobre un vasto mar
de puchero

en trámite incesante

A la dama del espejo




Te amo
dama importuna
eres la terminal y el dormitorio
de mis inacabables pasajeros

Amo tu espejo
cuando anula trenes
chocándoles sin ruido contratrenes exactos

Déjame entrar a tu jardín
donde estallan silencio dalias negras
e inversos tulipanes retroceden
al bulbo y a la nada

Déjame entrar
hasta tu viña de dulces ceros

Ah dama
eres un lago tan profundo
que está en ningún lugar
dama agujero

En tu laúd sin fondo
dama hambrienta

devórame unicornio.

Homenaje a tus pañuelos




Cuánto pañuelo me has lavado
señora de canillas en entrega incesante

Ni un día
sin tu retazo de cama en el bolsillo
este plegado abrigo
donde pueda dormírseme un sollozo

Y planchados tan bien
tan como nuevos
hasta confiamos en volver invictos

Y que por una vez descanse
tu taller de inocencias.

Sección Cantares de las Hierbas. Definición de una hierba

Cantares de las Hierbas
1984 – 1985

A Angel N. Fuentes,
poeta herborista

Definición de una hierba


Para ser esta sola hierba
tuvo que suceder toda
la vida

Arar el sol los cielos
cuántas veces
inclinarse la lluvia
labriega sobre el mundo
piafar y disgregarse
corceles de batalla

Tuvo que suceder
toda
la vida

Pero ya ves
ella es tan sabia que lo olvida
para ser esta
sola

hierba.

Llueve sobre las hierbas




Cuánta sabiduría
descendida esta tarde
cuánta lluvia

qué minuciosa devoción
procura
hierba por hierba
les recuerda
su vocación de luz
y las levanta

para que impongan al planeta
una edad apacible

pueblos de pasto y canto
mansas generaciones
tendiéndose las manos sobre el tiempo

guirnaldas inmortalesde gozo y sacrificio.

A las hierbas


Amada
vamos a las hierbas

Se están peinando
con estribillos de brisa
de hora en hora se miran
iguales en la tarde
oval pulida de sucesos

se disponen
como fiesta
a la nada

Amada vamos
a la amnesia
al secreto

quedémonos eternos
recostadosen la canción de las hierbas.

Medicinales




Son rutinas del año y de la tierra
tienen olor y cuerpo
los milagros

ancianitas
lavadas de intenciones
a la orilla del tiempo

hierbas
en delantal de inadvertido

Ellas escancian
la piedad en el bálsamo
la paz
en el tomillo
nos amasan
el pan eterno de las adormideras

Descalza vive la sabiduría
las hierbas
las ancianas
que hacen dormirse a todos los relojes
que cicatrizan todo lo rasgado
por los colmillos y las flechas.

Padre Pasto



Salve Señor de las hierbas
Padre Pasto

De vos venimos
dios mordido que sube de hambre en hambre
hasta ser oración
hasta nosotros
últimos victimarios

Salve
brizna decapitada hasta de nombre
ojo bovino
que lava al mundo en su piedad
carroña
que surte una victoria de alas negras
venado trémulo encendido
para la fiesta de los tigres y de los hombres
salve

A vos volvemos
hondamente nos sabrán tus raíces
nos sumarán a tu postrimería

yuyos sabios
de morir y volver
olor santo
de darse sin querer

con vos
seremos siempre
de nuevo siempre
un solo prado
Salve

Como esta hierba



Quiero vivir feliz
como esta hierba

con la visita de una mariposa
entre antes nunca y nunca más
de paso

condecorado de rocío
en la coronación de la mañana

o que una noche me relate el viento
su amor
con una lluvia lejanísima.

Quiero morir feliz
como esta hierba

en flor de tanto ser
y no de orgullo

padre de una semilla
que sólo tenga un pan
un pan con alas

y una fiel partitura
crecedora.

Manifiesto de las hierbas


Pasarán todos los caballos
de todos los señores
de todos los imperios
y quedarán
las hierbas

y en voz baja
continuarán
tejiendo lo habitable

este velo
ondulante
perfumado
sobre los magros pómulos de piedra
y los torvos designios
de un corazón de magma.

Indice

FABULAS DE MUTACION

Cómo la rosa, 11
Caletas, 12
La virgen de los basurales, 13
Islario inútil, 14
Paz de los desarmaderos, 15
Campanas, 16
Hogueras, 18
Lluvia de noche, 19
Junquillos, 20
Nieve, 21
Otros, 22
La marea, 23
Pequeñeces, 24

NOCTURNOS

Todo ardor permanece, 27
Constelaciones, 28
Nube de Magallanes, 29
Noche de salmón, 30
Tren a tren 31
Radiotelescopio, 32

CANCIONES DE MUTACIÓN

Canción de fuego, 35
Ahora, 37
Canción de agua, 39

LAS ROCAS

Primera roca, 43
Piedra, fuego, piedra 44
Los simplificadores, 45
Última roca 46

ENSEÑANZAS DE LOS ÁRBOLES

Como los árboles, 49
Palma excelsa, 50
Algarrobo, 51
La higuera danza, 52
Consumación, 53
Madera, 54
El carbón, 55
… de las acacias, 56
Aprendizajes, 57

MARCHAS NUPCIALES

Arco iris, 61
Oficio de la cocina, 62
Aéreo viaje de bodas, 63
A la dama del espejo, 64
Homenaje a los pañuelos, 65

CANTARES DE LAS HIERBAS

Definición de una hierba, 69
Llueve sobre las hierbas, 70
A las hierbas, 71
Medicinales, 72
Padre pasto, 73
Como esta hierba, 74
Manifiesto de las hierbas, 75